Hay libros que son escritos por el tiempo; que convierten al autor en un instrumento de lo que ya venía por los aires desde una época determinada. En algunos casos son historias que se rebelan contra el olvido. Ese parece ser el de Amaury Germán Aristy, cuya vida no podía contarse sino hilvanándola con la de su pariente Héctor Aristy. Ambos destacan en el ideario revolucionario de su tiempo. Aunque vivió poco, Amaury planeó vuelo propio como un cóndor, y respiró los mismos aires que el Che Guevara y Fidel Castro; Héctor, no menos revolucionario, aprovechó su exilio en Francia para cultivar amistades con grandes protagonistas de la Historia, como el líder palestino Yasser Arafat, Juan Domingo Perón, Omar Torrijos, Ho Chi Minh y otros. R. A. Ramírez-Báez cuenta todo eso en Amaury. El Che Guevara de mi vida. Y lo hace con la autoridad que le otorga el pertenecer a esa familia de revolucionarios auténticos que convirtió Las Yayas, municipio de la provincia de Azua, en el sur de República Dominicana, en un pueblo de héroes y mártires del siglo XX.