Ante el universo hay dos posiciones: creer en un ser Superior creador de todo o en la eternidad de la materia. A partir de esta elección, ambas hechas por fe, nacen las religiones, ateas y teistas, elaboradas por y para los seres humanos según los tiempos que nacen y mueren como todo lo que existe y que sólo se diferencian entre sí por la forma como conciben al único Dios (o a la nada) y que sólo perdurarán de acuerdo a su capacidad se adaptación. En este libro se señalan algunos de los cambios que debería realizar el cristianismo si quiere seguir teniendo vigencia. Se presenta también otra concepción del bien y del mal y se señala que la mejor manera de acabar con las luchas religiosas consiste en aceptar la globalización religiosa partiendo de que todas las religiones existentes son iguales antes Dios (o la nada) y que solo se diferencian entre ellas no por el fondo sino por la manera externa o forma de dirigirse sea a un Ser Supremo o a la nada.