Son reflexiones que transcurren con un cierto tono de cotidianeidad a lo largo del Año Litúrgico con sus tiempos y sus fechas cimeras. Surgieron de mi propia necesidad de con-frontarme, como cristiano y como sacerdote,con la palabra de Dios y de compartir con otros hermanos, amigos y conocidos, el eco de esta palabra en mi corazón y en mi mente. No pretenden otra cosa que ayudar a tomar conciencia de lo que el Señor quiere decirnos, nos ha dicho y sigue diciéndonos, al ritmo de la liturgia eclesial y en el abrevadero de la palabra revelada por mediación del mismo Verbo encarnado.