En la presente fase histórica y en condiciones críticas para el capitalismo contemporáneo, la Economía es un complejo referente analítico en el que se superponen interrogantes y debates en torno a su naturaleza científica y sobre su funcionalidad como herramienta de análisis y resolución de problemas socioeconómicos reales. En el seno del proceso de globalización, de la sociedad del conocimiento y de un proceso de crisis estimada como sistémica, la Economía -como conocimiento científico y como caja de herramientas del gestor público- se encuentra en una encrucijada desconcertante. Por una parte, se ve sometida a un escrutinio meticuloso por parte de agentes y medios de comunicación que ponen en duda su capacidad predictiva y resolutiva. Por otra parte, la mayoría del colectivo de economistas reproducen un discurso impotente sobre lo ineluctable del destino económico. Entre unos y otros, hace mella la esterilidad de una disciplina que exige, como propusiera Kant para la razón pura, una visión crítica colectiva que contribuya (desde el aula universitaria hasta la mesa de trabajo del ejecutivo) a plasmar el aserto de K. Marx: la verdadera ciencia está oculta por las apariencias.