La expresión oral o escrita es un don con el que el Ser Supremo del universo, dotó al ser humano como su máxima creación para que diera a conocer su manera de pensar, sentir, aceptar, negar, competir, exponer proyectos e ideas, para manifestar sus deseos, inconformidades y sobre todo, para contribuir a la complementación de su obra divina y se compenetrara consigo mismo y con los demás seres de la naturaleza, en búsqueda de la excelente comunicación, como eje de la convivencia y la superación. En la obra se han plasmado sentimientos despertados en la percepción de vivencias propias y ajenas acaecidas durante el desarrollo de las etapas de la vida y cuya expresión calman sus almas, Desahogando el corazón en poesía de sentimientos encontrados en el juego de la vida.