España es una nación homogénea tal y como los estudios modernos de ADN demuestran, sin embargo, el acuerdo entre el gobierno central y las comunidades autónomas es resultado de la satisfacción de los intereses tanto del empresariado español como de los partidos políticos de la península. La incapacidad para integrar territorios a largo plazo pareciera ser un mal endémico entre el conjunto de los españoles, y como muestra se tienen las independencias de las colonias Latinoamericanas durante el inicio del siglo XIX, las cuales fueron llevadas a cabo entre mestizos, criollos y uno que otro hispano como Francisco Javier MIna o Juan O´Donojú. Alexander von Humboldt durante su visita a la Nueva España a comienzos del siglo XIX, había manifestado su preocupación por la pobre relación entre el padre español y su hijo americano. Ese carácter nervioso, tozudo y difícil de modificar se manifestó en las urnas durante las elecciones generales de 2015 y 2016, así como de la catalana en 2017, comprobando que la situación de España y Europa es similar a la existente durante los años previos a la Guerra Civil Española, demostrando que las personas transitan pero los problemas se anclan,