El sendero no aparecía en ningún mapa y según los pocos señalamientos, si llegaba a errar el camino, podía terminar al otro lado de las montañas, salir de Umbría y arribar a Marche; además de que pasaban de las tres de la tarde y la noche podía alcanzarme en las montañas en mi camino de regreso. No obstante, me sentía emocionado.En este nuevo recuento de sus andanzas por tierras europeas, Francisco nos revela, con meticulosa precisión, su paso por Italia. Desde el sendero de los peregrinos a la ermita del santo de Asís, o del valle de Pompeya y su ciudad ruinosa hasta los parajes de Abruzzo: al leerlo, la experiencia es única, casi vivencial, lo que nos permite, de forma intrépida, adentrarnos al relato que, de pronto, se convierte también en nuestra propia aventura. Cada paisaje, persona o acontecimiento, al igual que la lengua y las expresiones lugareñas, son vistas con singular atención. Con una narración sostenida, y de una gran riqueza visual, Francisco Moreno Ramírez nos lleva a los sitios que visitó, lejos de las atracciones meramente turísticas, con una visión panorámica y reflexiva que lo transportan a los recuerdos familiares de su infancia, al México de sus experiencias previas, y a descubrir las semejanzas que hay entre ambas naciones y su gente.