Se le hizo raro estar sin moverse. Se qued? dormido por aburrimiento y ahora estaba muerto. As? comienzan las ?ltimas veinticuatro horas antes de volver al lugar en el que se sinti? feliz. Ignacio desgranar? ante Berta su vida interior, sus temores, sus esperanzas y sus secretos, nunca supo lo que quer?a ser pero siempre intuy? lo que ser?a? hasta que apareci? ?l, ese ruido que perturb? a quienes le amaron y trastoc? las vidas de los que le odiaron, ese ruido que le transformaba y al que no quiso combatir, ?l ya no es el due?o. Nada importa ya.