La mayoría de los gobiernos en el mundo han asumido una labor contralora para garantizar que los contenidos de los textos escolares no solo estén actualizados y acordes con los avances logrados en las diferentes disciplinas del saber, sino también para evitar impertinentes labores de adoctrinamiento que desvíen su cometido pedagógico. A esta tarea también se han dedicado, de manera crítica, muchos investigadores educacionales preocupados por sus contenidos y eficacia pedagógica. Este libro presenta cómo, en el caso venezolano, los gobiernos electos democráticamente desde 1958 han asumido de manera diferenciada esta labor contralora. De igual manera, se exponen los resultados de un estudio sobre las representaciones sociales dominantes que poseen los maestros venezolanos de los primeros grados, sobre los textos escolares. Tales resultados pueden ayudar a comprender el porqué, la mayoría de nuestros maestros, asumen el texto escolar y sus contenidos de una manera acrítica y casi reverencial