©Ana Cristina Salazar Estacio, ©Ana Cano, ©Martha Neuto, ©Ronald Revollo Pacheco, ©Luz Andrea Molina Amaya, ©Katherin Arias Osorio, ©Ana María Martínez Acosta, ©Rubén Eduardo Daza Blanco, ©Valentina Larrada Arévalo, ©Maribel Bautista Castañeda, ©Javier Alvira, ©Marisabel Bolívar Muñoz, ©Andrea Vanesa Acosta Buitrago, ©Juan Manuel Cardona, ©Brian Rodríguez, ©Jesús Gael Martínez Garduño, ©Fabián Leonardo Molina Castro, ©Sharon Salazar Lozano, ©Sebastián Saldarriaga Trejos, ©Auris Fuentes, ©José Calderón Cruz, ©Leandro Rendón Garzón, ©Nicolás Ortiz Martínez, ©Jennifer Arias, ©Juan Camilo González Moreno, ©Sara Márquez, ©María Camila Ortiz Castañeda y ©Aura Herlinda Borda Romero.Es casi seguro sentir soledad en los campos, en las casas deshabitadas, en los parajes solitarios, también en las tardes de los domingos, sin embargo, la soledad puede estar en lugares insospechados, en la sordidez de las ciudades, en recintos llenos de personas, en el bullicio de las calles; a la vuelta de la esquina la soledad puede atacar. Nadie se salva de su compañía, a veces benévola y sanadora, a veces pesada y mordaz.Hay tantas soledades como seres humanos en la tierra, y tal vez muchas más.Bienvenido a estos mundos interiores que a veces buscamos ocultar.