Este estudio comenzó por sólo tener en cuenta un idolillo colgante de piedra del Museo Antropológico Montané de la Universidad de La Habana, y terminó por referirse a la colección cubana. Primero, resultó que el idolillo en cuestión era diferente a los seis que forman parte de los fondos del citado Museo y, en segundo lugar, todos ellos podían agruparse en cinco tipos distintos. Buscando semejanzas y diferencias se fue ampliando el proyecto para acabar considerando que aquellos cinco tipos abarcaban, como paradigmas formales, los restantes de la muestra (…) Después de todo un año acompañado por los pequeños dioses o héroes taínos, me queda la satisfacción, al menos, de ofrecer un compendio que trata de recoger las principales muestras de su comportamiento estético (Esteban Maciques Sánchez, La Habana, 1992)He leído con mucho interés el original de este libro y puedo decir que, en mi opinión, es uno de los mejores análisis del arte antiguo americano que yo conozco, en este caso circunscrito a una colección de idolillos antillanos muy poco o mal estudiados hasta el presente. La parte descriptiva y analítica podría compararse con los estudios, ya clásicos, de Tatiana Proscouriakoff sobre la escultura maya, al tiempo que la interpretación de estos materiales artísticos se halla en la mejor línea del análisis antropológico del arte antiguo (José Alcina Franch, Madrid, septiembre de 1992)