A través del hecho recreativo, el cuerpo y las diversas funciones corporales, adquieren un comportamiento asociado a la cultura, la educación familiar, escolar y la de otros contextos del entorno comunitario, también de una identidad en su sentido totalizante, en que el estado psíquico constituye pervivencia de la existencia. Cada una de las actividades recreativas propuestas por el autor está signada por la acción educativa y cultural, que confluyen en el marco de las relaciones objeto-sujeto y sujeto-sujeto, de la cual emerge la continuidad del sentido a la totalidad existente. Desde la relación, en el marco de la recreación, se fomenta el desarrollo de seres humanos libres, reflexivos, críticos, autocríticos y dueños de si mismos, se logra promover una visión del mundo como totalidad, derechos y deberes, para la transformación social, basada en el respeto y la tolerancia por las diversidades físicas y espirituales, la justicia, la democracia participativa, tanto personal como social, en torno a la identidad a partir del fortalecimiento de lo autóctono, evitando todo fenómeno de exclusión y rescatando las raíces que definen los orígenes de los participantes.