Mañana es una obra cuya lectura no deja a nadie indiferente. Estamos ante una novela corta en la que es muy difícil diferenciar lo veraz de lo irreal. Aquí nada es lo que parece ser. La realidad está desfigurada por la imaginación, mientras que la ficción muchas veces no se distingue al estar absolutamente contaminada por hechos reales. Se trata de un doble relato narrado en paralelo sobre una sorprendente historia que transcurre en apenas una semana (que gira en torno a un cuadro de Jackson Pollock, el arte, la literatura, la crisis económica o la amistad) entremezclado con el repaso a una época llena de seres enternecedores a través del tormento interior del personaje que habla en primera persona.El autor define a Mañana como un ajuste de cuentas con él mismo. Aunque terminó de escribirla en otoño de 2015, su concepción viene de mucho tiempo atrás. Después de dedicarse toda su vida a la comunicación, la muerte de su madre el 3 de diciembre de 2012 le dejó sin palabras. No sabía cómo contar una historia que llevó arrastrando desde entonces hasta que logró canalizarla en estas páginas que suponen un homenaje a todas las personas que han pasado por este mundo para hacer felices a los demás.