PSEUDOLOMuchos son los estudiosos, eruditos y traductores que consideran Pseudolus la mejor y la más plautina de las comedias que de Plauto nos llegan.El joven Calidoro está enamorado de Fenicia, joven que ha sido vendida por el proxeneta Balión a un mercenario macedonio por la considerable cantidad de 20 minas, de las cuales ya ha pagado 15. El pobre Calidoro no dispone de un centavo para comprar a la mujer y así poder liberarla de su condición de esclava y de las garras del dentudo militar. Tampoco dispone de tiempo, porque el militar pactó el día de las fiestas de Dionisio para pagar las cinco minas restantes y llevársela. Ese día ya ha llegado.De lo que sí dispone Calidoro es de la inestimable ayuda de su esclavo Pseudolo, que le promete conseguir las veinte minas o la mujer o ambos objetivos a la vez, para el joven. El impostor sin escrúpulos es un hombre de palabra y de gran corazón, si consideramos que, a diferencia de lo que sucede en otras comedias, Pseudolo no lo hace por conseguir su propia libertad, sino por liberar a su joven amo de su tristeza y desesperación.