A la luz de la presencia del Programa Oportunidades -estrategia de combate a la pobreza más importante en la historia de México- en este documento se reflexiona sobre la distancia entre discurso y prácticas de salud reproductiva en una localidad de extrema pobreza y frontera entre los mundos rural y urbano. Ubicada en la Chinantla oaxaqueña, la tercera selva húmeda más importante del país, en la localidad de estudio la planificación familiar continúa siendo asunto de mujeres y ámbito de atención prioritario de programas de salud, como se constató en el trabajo de campo realizado para esta investigación. También se encontró que la reproducción social continúa anclada en unidades domésticas donde la totalidad de miembros recurre a numerosas estrategias para garantizar la sobrevivencia. Así, la principal aspiración de mujeres -tener pocos hijos para darles mucho- más que remitir a la efectividad de programas de planificación familiar evidencia la quiebra de la economía campesina, favorecida por la falta de incentivos de parte del Estado para potenciar la productividad de un sector que, desde finales del siglo XX, lleva la palabra pobre como signo de identificación personal.