En un poblado del sur de Etiopía, tres personajes entretejen una vertiginosa narración impulsada por situaciones profundamente dramáticas. En tal escenario, el protagonismo va de uno a otro y la emotividad permanece a flor de piel. Cesare es un exitoso médico italiano que se siente anulado por la impensada infidelidad de su mujer. Lola es una joven ginecóloga sevillana que no puede asimilar el descubrimiento de la doble vida de su padre, y Eduardo un joven inmaduro y atormentado por la soledad. Huyendo de sí mismos, intentan construir una identidad que sustituya aquella que rechazan y, a partir de ahí se genera una frenética sucesión de acontecimientos y de personajes, que no podemos llamar secundarios por su aporte de vivencias y la carga de sentimientos y pasiones que los configuran, y dan un notable vigor expresivo a esta novela. Desde su aparición en esta trama, Eduardo adquiere un especial protagonismo y llega a suscitar tal cúmulo de emociones, que, sin duda, se convertirá en una figura que dejará una profunda y emotiva huella en los lectores. Los lugares, personajes, ambientes y situaciones que aparecen en esta novela están inspirados en las circunstancias del África de finales del siglo pasado.