Inicié mi especialidad de urólogo con los estudios contrastados: urograma, pielografía percutánea, pielografía ascendente. En año 84, tuve en mis manos por primera vez una imagen y un informe ecográfico. La desconfianza fue inmediata, porque lo que se me mostraba, distaba totalmente de lo que estaba acostumbrado a ver. Pasaron los años, los estudios ecográficos se fueron masificando, pero la desconfianza siempre estaba en algún rinconcito de la mente quizás fogoneadas por las discrepancias entre los informes ecográficos y el pensamiento urológico, sumado a una frase trillada la ecografía es operador dependiente. Para mí; fue una frase superadora, porque conociendo el pensamiento urológico, me inicié en el estudio de la ecografía. Con el correr de los años fui elaborando un pensamiento, el cual hoy se ve reflejado en este libro, donde se correlaciona perfectamente la anatomía urológica normal con las imágenes ecográficas, haciendo aportes nuevos y esclareciendo algunos conceptos que al momento actual eran puntos de controversia. Estoy seguro que lo enunciado previamente debe ser una herramienta fundamental para el ecografista tanto en su formación como también en el convencimiento de: quien sabe anatomía ecográfica normal del árbol y genitales externos, comprendiendo sus variantes, está preparado para entender e informar en forma precisa, cuando los procesos patológicos se hagan presente.